Alicia
domingo, 6 de marzo de 2011
Cobarde
jueves, 2 de diciembre de 2010
No puse candado
lunes, 1 de noviembre de 2010
Choripan y cerveza a las 10 am
domingo, 4 de octubre de 2009
No ahora
¿Y que mierda hago ahora si te pierdo? ¿Qué cresta hago en las mañanas si no te veo a mi lado cuando abra los ojos?.
¿Porque se nos ocurrió salir hoy?… Tu te levantaste temprano, como cada vez que vamos a algún lado porque te demoras un siglo arreglándote y como no te gusta pelear –ni a mi- prefieres madrugar, claro, porque como dices tu, yo con una ducha estoy listo y siempre me reclamas por eso.
Ya ni me acuerdo donde íbamos… donde el Pepe, no le he avisado que estamos acá
¿Por qué cresta no aparece alguien que me diga como estas? Solo enfermeras paseándose con cara de funeral. Sí, estoy en la sala de espera de
Aun no entiendo porque esta vez quisiste manejar tu, nunca lo haces, incluso creo que hasta no te gusta ¿Por qué linda, porque si esta vez?.
Para variar salíamos tarde y dijiste - Quiero manejar yo-.
Estupidamente respondí - ¿Y si chocamos?- Y ahora me siento el pelotudo más grande que existe.
Y el idiota que paso con roja ¿nada? La verdad es que no me acuerdo, fue más que rápido. Íbamos cantando algo de REM mientras yo me reía de tu ingles, cuando un bocinazo nos corta la inspiración de golpe, el auto empezó a dar vueltas mientras la música aun sonaba, fuero segundos eternos sin saber que estaba pasando. Cuando paramos de girar, te mire y no reaccionabas, todo el golpe lo recibiste tu, yo estaba medio aturdido, pero tu , tu estabas media muerta y yo me moría contigo. Te intente despertar y es lo ultimo que recuerdo, supongo que me desmayé, porque lo siguiente que recuerdo es despertar en la ambulancia pidiendo a gritos verte.
Llegamos rápido al hospital, un chequeo de esos xpress cuando uno no tiene nada, dos ojos una boca, dos brazos, dos piernas, una radiografía porsiacaso… nada más Entremedio le pedí a un enfermero que me averiguara de ti, el huevón nunca llego.
Cuando se dieron cuenta que no tenia nada, me dijeron que estabas aquí, intentando sobrevivir, pero yo sé que esto a ti no te gana, a ti no.
No me puedes dejar solo, no ahora, no podría. Aun nos falta… aun falta decirte millones de veces más que me encantas, que te amo, que me gusta como cambia tu cara cuando te concentras, porque haces una mueca media rara, que ese perfume que usas me idiotiza… Acuérdate que tenemos los pasajes comprados para Brasil, acuérdate que querías conocer buzios e ir al carnaval de rio.
Cresta, ahí viene el doctor, con la misma cara de mierda que tienen las enfermeras.
Por favor no te mueras linda, no ahora
viernes, 1 de mayo de 2009
martes, 10 de marzo de 2009
Luz roja
Ella se quedo ahí, inmóvil. Como si todo lo que pasara frente a sus ojos fuese algo normal, algo cotidiano.
Por varios segundos nadie reacciono… hasta que ella tiro las flores al pavimento y corrió aferrada al casco, pero ya era tarde para ponérselo.
A los minutos sonaron las sirenas, los bocinazos, la gente gritando… peor ya era tarde.
No hace mucho los muchachos conversaban junto a mi, recostados en el pasto. Hablaban de sueños, de viajes, de felicidad y de planes irrealizables – La gente cuando se enamora se vuelve tan poco racional-
Ella jugaba con las flores amarrillas que el le había traído hace un rato, mientras ambos hablaban del futuro, como si este estuviese a la vuelta de la esquina.
Estuvieron un buen tiempo conversando, prometiéndose felicidad, haciendo planes y sumando más sueños a la lista que ya tenían hasta que tocó la hora de que se marcharan.
El le dejo el casco, mientras iba a buscar la moto que había estacionado unos metros más allá. Ella con las flores y el casco en las manos caminó hacia la esquina, mientras miraba con una especie de admiración al que encendía una moto al otro lado de la calle
¿Será la desesperación, la impaciencia de no querer separase de quien se ama?
El se pasó la luz roja… Segundos después todos vimos como el cuerpo del desafortunado enamorado volaba un par de metros y caía lejos, mientras su moto terminaba de despedazarse contra un muro.
Por varios segundos nadie reacciono… hasta que ella tiro las flores al pavimento y corrió aferrada al casco… y todos pensamos “pobre chica”