martes, 10 de marzo de 2009

Luz roja


Ella se quedo ahí, inmóvil. Como si todo lo que pasara frente a sus ojos fuese algo normal, algo cotidiano.
Por varios segundos nadie reacciono… hasta que ella tiro las flores al pavimento y corrió aferrada al casco, pero ya era tarde para ponérselo.
A los minutos sonaron las sirenas, los bocinazos, la gente gritando… peor ya era tarde.
No hace mucho los muchachos conversaban junto a mi, recostados en el pasto. Hablaban de sueños, de viajes, de felicidad y de planes irrealizables – La gente cuando se enamora se vuelve tan poco racional-
Ella jugaba con las flores amarrillas que el le había traído hace un rato, mientras ambos hablaban del futuro, como si este estuviese a la vuelta de la esquina.
Estuvieron un buen tiempo conversando, prometiéndose felicidad, haciendo planes y sumando más sueños a la lista que ya tenían hasta que tocó la hora de que se marcharan.
El le dejo el casco, mientras iba a buscar la moto que había estacionado unos metros más allá. Ella con las flores y el casco en las manos caminó hacia la esquina, mientras miraba con una especie de admiración al que encendía una moto al otro lado de la calle
¿Será la desesperación, la impaciencia de no querer separase de quien se ama?
El se pasó la luz roja… Segundos después todos vimos como el cuerpo del desafortunado enamorado volaba un par de metros y caía lejos, mientras su moto terminaba de despedazarse contra un muro.
Por varios segundos nadie reacciono… hasta que ella tiro las flores al pavimento y corrió aferrada al casco… y todos pensamos “pobre chica”

jueves, 5 de marzo de 2009

Esto es nuevo


Supongo que así se sentía el Señor Salvaje en ese supuesto mundo feliz

Todos sabiamos que acá seria todo distinto.