domingo, 25 de mayo de 2008

!Estoy harta!


Nauseas, Nauseas. Tengo nauseas.

No entiendo porque, era algo tan mió y lo invadiste.

Escribí algo.

Era fácil encontrarlo, siempre estaba ahí, aunque no quisiera. Hace casi dos años no lo veía, por decisión propia. Hace dos años no lo veía, hace dos años acabó todo, hace dos años comencé a odiarlo, hace dos años que deje de llorar por el.

Por alguna extraña razón, hace algún tiempo, decidí hablarle y sin darme cuenta, comenzó a ser como antes. Se volvió mi amigo, mi confidente, alguien en el cual podía confiar ciegamente… Incluso llegue a pensar que era la única persona que me comprendía de verdad. Eso si, rara vez le hablaba de mi “vida amorosa” –Como si hubiese tenido- sabía que le molestaría, Era obvio ¿no?

Hasta que encontré a alguien especial, que saco mi chispa olvidada, que me ayudo a superar miedo y que obviamente amaba. Su nombre era Fernando, y era sencillamente indescriptible.

Un mal día decidí presentarle a Fernando, mal que mal era mi amigo. Nos juntamos en mi casa a comer tacos. La noche fue tan normal que incluso se torno aburrida. El se fue y yo me quede con Fernando en la casa.

A los 2 días el que era mi mejor amigo, me llamo. Quería que nos viéramos en su casa, en dos horas más. Le dije que sí y fui.

Llegué, media hora tarde, (como siempre). El ambiente estaba tan tenso que daba escalofríos. Me senté en el living mientras el traía unos vasos.

Cuando llego, no traía vasos, sino un chuchillo carnicero y llevaba puesto un delantal. Me dieron más escalofríos.

-Para que es eso- Le pregunte, sacando valor de alguna parte.

- Para ti- Respondió, sonrientemente malo.

Corrí, el me siguió

Trate de huir, todo estaba cerrado

Grite despavoridamente, el subió la música.

Llore, llore. El se me acercaba con ese afilado cuchillo en las manos.

Entré en un estado emocional indescriptible, entre mis llantos, suplicas y gritos y su fatal sonrisa, me perdí. Recuerdos borrosos, pánico, horror, temor, miedo, nauseas.

Me arrinconó, recuero el frió del metal en mi rostro, en mi cuello. El pánico me invadió.

Dicen que todos los animales tiene su método de defensa, yo, estaba tan perturbada, que vomite sus zapatos. Fue en ese momento cuando sentí la primera estocada en el muslo izquierdo, un dolor que me quemaba. Miré…Rojo, sangre.

Ahí me di cuenta que moriría acuchillada pro la persona que más ame en su época. Vomité nuevamente y me di cuenta que otra vez tenia el frió filo en mi cara, que se hundió en un corte que no sentí.

Más sangre, más rojo, más traición, más horror, más pánico, más miedo.

-¡Asesino!- Grite horrorizada

-Aún no- Respondió con esa sonrisa malévola.

Lloré, lloré y entre tantas lagrimas que no me dejaban ver, divise un charco rojo bajo mis pies. En ese preciso momento, decidí que el no se saldría con la suya. Tomé un cenicero de vidrio que se encontraba a mis espaldas y se lo lancé.

Cayó en su rostro y corrí a la cocina, pero caí en el pasillo, el se abalanzo sobre mí y con el afilado cuchillo en su mano derecha y me dijo: -Hace tiempo, me dijiste que eras mía y solo mía serás-.

Acerco su rostro a mi cara ensangrentada. Lloré, lloré y me besó a la fuerza, luego hundió otra estocada en un costado de mi abdomen.

Con un cabezazo en la nariz lo aleje de mí, sin pensar tome el cuchillo y corte su cuello. Mientras lo hacia, el me intento gritar “¡Perra!” pero su grito se ahogó.

Al día siguiente encontraron su cuerpo desangrado entre el living y la cocina y el mió (igualmente desangrado) en el baño con un papel empuñado en la mano que decía “Fernando te amo, estaba esperando un hijo nuestro”

Ojala te sientas identificado con algo.

P.D.: no me gusta que me llamen “loca”.

jueves, 15 de mayo de 2008

Me haces falta


Hace algunas noches, Eran las dos de la madrugada, y me hiciste tanta falta.
Hace tanto tiempo no lloraba con tanta pena, rabia, odio acumulado.
Trate de acordarme de todas esas cosas que me hacen mal, para botar toda la angustia de una, y... Me hiciste falta.
Tenia tantas ganas de hablar contigo, sabia que si estuvieses acá no te habría importado la hora si te llamaba. Tu siempre estabas ahí.
Te acuerdas esa vez que me llego un mensaje a las 4 de la mañana que decía algo así como "llámame a la casa por fa", casi me morí del puro susto y desperté a toda mi familia pensando en lo peor y al final era que el mensaje había llegado tarde.
¡Diablos! me dio pena otra ves y los ojos se me llenaron de lágrimas...
Ahora que recuerdo jamás me despendí de ti, me acuerdo que solo te dí un abrazo y te dije te amo y me fui porque mi papa me esperaba en la puerta... Y esa fue la ultima vez que te vi en vivo y en persona como dices tu.

Me Haz entregado siete años de cosas maravillosas.

Eres mi nena, nena, dulce y buena nadie te puede igualar ♫

lunes, 12 de mayo de 2008

25 de febrero


Me saqué los zapatos, para no hacer ruido. Era tarde, caminé por el pasillo, no toqué la puerta, miré por la el agujero de la cerradura para ver si el dormía. Me hizo una seña para que entrara y abrí la puerta. Era tarde y el ya había encendido aquel cigarro que le ayudaba a conciliar el sueño. Me sonrió, yo solo quería conversar. Había sido un mal día, hablamos, el me aconsejó, yo lo abrasé, el me besó.

Se abrió la puerta, era ella, y el se abrumo tanto que se le marco la vena en la frente, ella entro, me miro con cara de intrusa –como si no lo fuera- dejo su cartera en la silla y entro al baño, no dijo una palabra, quizás sabia que interrumpía.

Ella siempre supo que éramos amantes, incluso cuando me invito a vivir a su casa.

En realidad, en esas circunstancias yo no tenía opción, mi situación económica no era buena, las deudas me ahogaban y ella lo sabía.

Un día tomándonos un café, le pregunte si podía pagar ella, porque andaba corta.

- Tienes que buscarte un trabajo mejor me respondió. Sacando su chequera.

- He buscado, y no encuentro nada bueno. Cada día se me hace más difícil pagar todo. Incluso he pensado ir a vivir con mis padres otra vez. Dije bajando la vista

- No seas gansa, ándate a vivir con Ricardo y yo, nos sobra espacio ¿para que están las amigas? Respondió tomándome la mano

Le dije que lo pensaría, y lo pensé. Primero la idea se me hacia absurda ¿Cómo me iba ir a vivir a la casa de mi amante y su mujer? Que a todo esto era mi amiga.

Yo hace 5 meses que veía a Ricardo a espaldas de ella. Y siempre tuve la impresión de que ella sabia, quizás por eso me invito a vivir con ellos, para tenerlo en casa.

Bueno, al final accedí, Ricardo me termino de convencer en realidad, nunca me pude resistir a la mezcla de su mirada con ese perfume Paco Rabanne que me fascinaba.

Llegue a la casa de ellos, antes vendí unas cosas, unas varias en realidad. Llegue el 25 de febrero – fecha que el destino se encargaria de no dejarme olvidar – Con mi auto (que me negué a vender) lleno de cosas.

Me acomode, la Claudia me trajo un café a lo que seria desde ese momento mi nueva morada y con esa mirada fría que siempre tubo, dejo el café humeante sobre una mesa y me dijo algo sobre los gastos que no entendí porque no le puse atención.

Por un par de semanas fui una verdadera intrusa, pero con el pasar de los días termine acostumbrándome.

Tenía a Ricardo para mi sola, cuando ella no estaba, y eso era un gran punto a favor.

No se en que momento la Claudia y yo nos distanciamos, mal que mal, era mi amiga, y yo la quería.

Cuando empecé a salir con Ricardo, a espaldas de ella, lo que más me dolió, fue pensar que en algún momento todo el cariño que le tenía se iría al tacho de la basura. Pero insisto, estoy segura que ella sabia desde el primer momento.

Ya iban 2 meses desde que me fui a vivir con Ricardo y Claudia cuando encontré un trabajo bastante bueno, decidí juntar dinero un par de meses, para luego volver a mi vida normal. Incluso le dije a Ricardo que lo “nuestro” no iba a seguir mas, en realidad lo hice por la Claudia que aún era mi amiga en ese tiempo y no quería que sufriera por culpa mía.

Pero la claudia quiso que me quedara en la casa con ellos, hizo una especia de lista con gastos comunes y terminé aceptando. Ahí se fue la amistad y pensé en mi bolsillo.

Así pasaron los meses, la claudia se puso cada día más trabajolica y cada vez me hablaba menos. El Ricardo por su parte algunas noches se escabullía y me iba a ver a mi pieza. A mi nunca me importo ser “la otra”, incluso creo que me gustaba.

Y así... Fue 25 de febrero nuevamente, se supone que esa noche ella llegaba tarde, pero igual me saque los zapatos para no hacer ruido, mire por el agujero de la cerradura, me hizo una seña para que entrara, conversamos, lo abrasé, me besó, llego ella, dejo la cartera en la silla, entro al baño y se escucho un disparo.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mejor...Muerdete la lengua

Mentira, tu vida siempre ha sido una mentira…♫


Miento, si, y no me arrepiento de las mentiras que he dicho, pero jamás he dañado a alguien con mentiras de mi boca.

Las mentiras piadosas hasta las soporto, pero no me perdonaría que un ser humano sufriera a causa de mis palabras.

Al diablo con “Mas vale una mentira que te haga feliz, que una verdad que te amargue la vida”.

Una vulgar y entupida mentira... ♫

No me mientas, No me gusta.