Yo... Yo solía dibujar corazones en las esquinas de mis hojas cuando estaba triste.
Yo.. Yo... Aún lo hago.
Yo... Yo solía dibujar corazones en las esquinas de mis hojas cuando estaba triste.
Yo.. Yo... Aún lo hago.
Un instante, un par de segundos, una insignificancia.
Eso demora un auto pasar frente a nuestros ojos. Pero ¿se ha puesto a pensar que pasa dentro de esos vehículos? Tantas historias, tantas risas, llantos, traiciones.
Un auto, un simple auto
Un auto… donde el esposo va a buscar a la amante al trabajo, para luego irse a algún sitio lejano, y bueno… engañar a la esposa en el asiento de atrás
Un auto…transporte de mafiosos locos que traman como vengase del traidor que les dio la espalda y los delato.
Un auto… cárcel de tantas victimas de torturas inimaginables y secuestros
Un auto… espectador de cómo futuros feticidas golpean y humillan sin control alguno.
Un auto… refugio de personas sin hogar, que acomodan sus pocas pertenencias en lo que consideran casa.
Un auto… perfecto escondite para jugar cuando se es niño
Un auto... donde se planean fiestas, y estas mismas terminan
Un auto… culpable de sueños rotos, donde el maneja para verla y termina volcado y medio muerto a causa de la velocidad
Un auto... verdugo de familias completas
Trabajo, salón de belleza, ropero, testigo silencioso de innumerables hechos
Un auto que pasa durante un instante frente a nuestro ojos sin saber que historias se tejen dentro.
P.D.: Este a sido el texto más incoherente que he escrito, pero es para que veas que cumplo mis promesas y que te quiero menso.
Calles mojadas, árboles sin hojas, perros estilando a causa de la lluvia, pájaros sin lecho ni abrigo, niños llorando, caballos corriendo, chimeneas con olor a leña, jaulas vacías, historias esperando ser contadas.
Enumero mis penas y mis derrotas en una lista infinita. Enumero mis alegrías sin llegar a mucho. Enumero las manos, las palabras. Enumero los ojos, las risas, los llantos. Enumero, enumero, enumero ¿sirve tanto numero?
Nostalgia, alegría, pena, rabia, tristeza, gozo, amarga felicidad.
A veces no distingo una cosa de la otra y me veo absorta en una confusión inmensa.