Pulmones hinchados y la traquea estrecha, dura, y rígida no dejaban pasar nada…
Francisca se estaba ahogando, no podía respirar, no podía botar el aire, tampoco inhalarlo.
Mientras la desesperación la consumía empezaron los temblores, su cuerpo se estremecía sin control alguno y un sentimiento de miedo la invadió por completo, sentía que todo terminaba, sentía el fin. Ni siquiera era coherente, pero ella no podía pensar, sentía un terror horrible, imágenes en su cabeza… rompió en llanto
Temblores, miedo, lagrimas, poco aire, todo se mezcla, todo se vuelve uno.
El tiempo empezó a avanzar más rápido ¿O más lento? Daba lo mismo, la percepción del tiempo igual estaba difusa.
Media hora más tarde despertó, aun tiritando, camino al hospital…
Llegaron, atención de urgencia, un par de doctores y una pastilla algo dulce bajo la lengua.
El doctor de turno le receto un par de calmantes y una hora al psicólogo.
- ¿Psicólogo?, ¡Si yo no estoy loca!- Grito y eso fue todo lo que dijo antes de amurrarse al saber la decisión del medico y no pronunciar ninguna palabra más durante el día.
Nuevo día, soleado, rico, caluroso, pero
Lloraba, ni ella sabia porque, pero se sentía tan bien al hacerlo
- Si alguien me ve juraría que estoy loca- pensó y sonrío un par de segundos, para luego seguir llorando.
Suena el teléfono y
- Alo, quien habla.
- Hola Pancha, soy
- Pucha, tengo que salir- Mintió y colgó
Ya eran las 3 de la tarde, horrorosa para Francisca que daba vueltas por su casa buscando un lugar fresco. Se dirigió al baño, abrió la tapa del estanque y saco lo que estaba pegado a el, era un paquete transparente, frío y un poco húmedo, que había escondido hace algunos días.
Sin pensarlo dos veces busco una bombilla, el carnet… Hizo una línea y hacia adentro
Ardor horrible, pero exquisito a la ves, todo se va y se desvanece. Las peleas, los gritos, las preocupaciones, la pseudo locura, el colegio. Todo desaparece
Otra línea, la nariz roja… Da lo mismo lo único que quería la pancha es desaparecer un rato.
Sin aviso cae al piso del baño y pierde la conciencia y queda un par de horas ahí tirada, sola… Como siempre ¿no?
Despierta llorando, (dos horas después) se siente vacía.
Sabe perfectamente que aquella droga le provoca esos repentinos “ataques de pánico” que le dan de vez en cuando, pero la droga la borraba y la hacia olvidar la soledad en que se encontraba absorbida.
Pero Francisca ya estaba cansada, llevaba 6 meses cayendo en esta suerte de monotonía y ya estaba harta y así como estaba, despeinada y en pijama, se puso las botas de su mamá y su abrigo favorito de color azul que le destacaba sus ojos.
Camino unas horas, ya estaba oscuro, aunque no era tarde.
Fue “donde siempre”, ahí iba cada vez que algo se le escapaba de las manos, el puente Juan Pablo II, pero esta vez seria distinto. Esta vez no seria para mirar los autos pasar a su velocidad máxima.
Esta vez se subió al borde, saltó, voló un par de segundos. Lagrimas en los ojos y la mente en blanco… Antes de dormirse en un sueño eterno.
4 comentarios:
Ame el titulo.
Muy buena historia... Nada que decir.
Saludos y visita el mio linda.
te amo :)
Hola :)
Buena la historia, que estés bien
Saludors.
siempre te dije que escribiai la raja xd, tenis la media facilidad para crear historias y ponerlas bien, shakal la historia
saludos
uuu.. esta genial el cuento pero tengo k reconocer que no me gusto el nombre de la protagonista porque parte de aquel cuento me sucedio sin explicacion alguna, no era la parte mas mala del cuento afortunadamente XD uu pero alicia escribes demaciado bien esta bien bueno.. cariños tq aiox
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